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El Club Juvenil

Un ambiente personalizado

Un ambiente personalizado

Unos padres protagonistas

Unos objetivos para los chicos

  • Conocerse a sí mismos, tratando de desarrollar sus aptitudes con deportividad y afán de superación.
  • Ser capaces de integrar todos los aspectos de su vida (la felicidad, el amor, la amistad, el dolor, la familia, la sociedad, la trascendencia y tantos otros) para construir una personalidad plena.
  • Potenciar el esfuerzo personal a través de un hábito de trabajo serio y constante.
  • Implicarse en su vida familiar, contribuyendo a un ambiente de cariño, servicio a los demás y optimismo.
  • Ser capaces de apreciar la belleza en la naturaleza, el arte y la cultura, así como de interesarse activamente por su entorno natural y social con espíritu solidario.
  • Aprender a trabajar en equipo, siendo generosos, leales y tolerantes con los demás.
  • Mostrarse preparados para dar respuesta libremente a las exigencias de su fe y sus demás convicciones personales.

Unas buenas actividades

  • Estudio asistido. Los socios disponen de una sala de estudio con todas las condiciones de instalación y de silencio necesarias. Si lo desean, pueden seguir un plan de trabajo de acuerdo con su preceptor.
  • Talleres: maquetas, pintura, guitarra, aeromodelismo, biología, teatro, fotografía, etc. Estas actividades facilitan la adquisición de algunas habilidades y desarrollan virtudes humanas como el orden, la paciencia, la constancia, etc.
  • Naturaleza. Muchos fines de semana y en vacaciones se programan excursiones a diversos parajes naturales que permiten conocer, aprender a respetar y a disfrutar del entorno. Monitores expertos atienden a su aprovechamiento y a la seguridad de los participantes.
  • Deporte. Hay muchas actividades deportivas -fútbol, hockey, pádel, etc.- a través de las cuales los socios aprenden a formar equipo, a ser constantes y a tener afán de superación.
  • Solidaridad. Encauza la formación que se imparte en el Club hacia acciones concretas de ayuda social. Según la edad de los participantes, incluye: jornadas de voluntariado, participación en programas de ONG, atención de discapacitados, clases de apoyo para niños en barrios marginales, etc.
  • Formación cristiana. Para conocer los fundamentos de la fe y sus implicaciones en la vida diaria, y estar en condiciones de asumir con libertad los retos que plantea en la sociedad actual. En esta tarea colaboran un Capellán, sacerdote del Opus Dei, y los preceptores.
  • Cursos de Orientación Familiar para padres. Un grupo de expertos, diplomados en Orientación Familiar, organiza estos cursos para todos los padres y madres que quieran asistir.

Un clima de confianza

  • La preceptuación. Para lograr su objetivo de colaborar con los padres en la educación de los hijos, el Club cuenta con la figura del preceptor. Cada socio tiene asignada una persona que, en contacto con los padres, se encarga de ayudar personalmente a cada chico. El preceptor orienta en los estudios, estimula a lograr nuevas metas, exige y anima.
  • Tutorías con los padres. De forma periódica y cuando unos y otros lo desean, los preceptores se entrevistan con los padres y madres para coordinar la atención personalizada a cada socio.

Una mirada alegre

Un equipo