Aventura en el Cañón del Górgora
El pasado domingo nos plantamos en el pueblo de Montealegre para recorrer la ruta del Cañón del Górgora. Está situado poco después del puerto del Manzanal, al principio de El Bierzo. Somos seis personas: tres mayores y tres pequeños. Hace mucho calor y el primer tramo discurre por un monte más bien seco. Hasta que llegamos a un pequeño castañar donde Juan encuentra el tesoro de geocaching que buscábamos.
Salimos un tramo más al monte. Más tarde bajamos al fondo del valle por el que discurre un arroyo. Aquí, al lado de una bonita cascada, se supone que hay otro geocaching. Un rato de búsqueda resulta infructuoso. Pero es un buen descanso. Aquí se está fresco ya que el día es muy caluroso.
Discurre ahora el camino por una ladera de grandes piedras. Más tarde hay que ascender por la ladera hasta una roca alta. El paisaje es muy chulo.
De nuevo continuamos por el monte entre matorrales secos. Pronto descendemos por una cuerda innecesaria hasta una nueva cascada. Ahora ya estamos en el Cañón del Górgora. Desde aquí el camino discurre al lado del río, entre árboles y helechos. Se está muy bien aquí. En algunos tramos hay cuerdas que ayudan a descender en los momentos en los que podríamos resbalarnos. ¡Hemos comenzado la aventura!
De vez en cuando una cascada, a cual más chula, nos alegra el camino. En una zona un poco más amplia paramos a comer y descansar un rato. Con el calor del día se está bien un rato al fresco. Alguien intenta dormir una siesta, pero los compañeros solidarios no le dan muchas posibilidades…
Por la tarde reemprendemos la marcha. Algunos van con tanta prisa que se pasan una mina de origen romano. Avisados regresan y exploramos un poco su interior. Es una cavidad muy estrecha y baja con agua en el suelo. A la entrada Juan localiza de nuevo un geocaching que todos habíamos pasado por alto.
Seguimos la ruta cruzando varias veces el arroyo. Trae más agua que otros años. Pronto nos acercamos a una zona de rocas. Aquí empieza la aventura de verdad. Damos algunos avisos para evitar contratiempos y seguimos avanzado de uno en uno. Pronto nos encontramos con las primeras escalas de cuerda. Descendemos una y subimos otra a continuación. El cañón por el que discurre el arroyo es muy estrecho y profundo. Impresiona.
Desde aquí hay varias cuerdas y escalas de cuerda que nos permiten subir y bajar diversas rocas. Nadie se asusta. Todos avanzan sin miedo. ¡Pocas veces he visto chicos tan aventureros! Finalmente bajamos una escala que nos deja al lado del arroyo. El único sitio por el que podemos seguir es por el cauce mismo del río, saltando de piedra en piedra.
Casi todo el mundo acaba mojándose los pies. Solo alguno con más suerte llega hasta la poza final sin mojarse. Aquí encontramos, en un sitio poco accesible, el último geocaching. Esta vez es Marcos quien lo localiza y consigue un bonito pin.
En ningún momento hemos tenido la tentación de salir del cañón por las salidas de emergencia. Ahora toca salir por el punto más difícil: unas cuerdas y dos tramos de escala, también de cuerda. Primero sale Houston y después los chicos de uno en uno.
Felicitamos a los chicos por su valentía y buen humor. Bajamos ahora hasta el camino que nos llevará hasta el pueblo.
Antes de regresar hasta el coche paramos para darnos un baño gratificante en una pequeña balsa en la que corre agua realmente fría.
Llegar hasta el choche nos lleva menos de media hora, pero se nos hace largo. Es un camino sin emoción y con el sol dándonos fuerte en el cogote. Ha sido una día de aventura intensa y grandes emociones. Todos regresamos a casa felices. ¿Qué haremos el próximo fin de semana?
En flickr puedes encontrar algunas de las mejores fotos de la jornada.