Fin de semana en Asturias

Aprovechando el puente de la fiesta de El Pilar nos hemos ido a Villanueva, un pueblo de Asturias muy cercano a Colombres. Salimos el viernes a media tarde. Es un viaje relativamente largo. Llegamos a Villanueva ya de noche. Tras instalarnos y repartirnos las habitaciones cenamos. Después de la cena nos acercamos hasta las ruinas de Santa María de la Tina, un antiguo monasterio. Hay que recorrer un camino breve, y visitar el lugar por la noche es bastante emocionante.


A la mañana siguiente, tras el desayuno y dejar ordenada la casa, nos acercamos hasta Buelna, un pueblo cercano, para visitar el paraje de El Cobijeru. Es un sitio muy peculiar, una playa interior muy pequeña, unos acantilados impresionantes, cuevas, mucha gente. Primero nos hicimos unas fotos sobre el puente de caballo, un arco natural sobre el mar.


Tras un buen rato de búsqueda conseguimos localizar un tesoro de geocaching. Por último entramos en la cueva de El Cobijeru. Se trata de una cueva que lleva hasta la misma línea del mar en su parte inferior. Una visita muy chula. Menos mal que llevábamos linternas para todos.


Nuestro siguiente destino fue la playa de La Franca. Primero un partido de fútbol sobre la arena y después un baño en las aguas del Cantábrico. Solo apto para los valientes.


Con esto se nos fue la mañana. Nos merecimos la comida. La tarde empezó con una hora de estudio intenso. A las cinco y media de la tarde acudimos a la misa del pueblo.


Después de la misa hicimos una excursión por el monte, camino del pico Jana. Llegamos hasta donde pudimos. Se nos echaba la noche encima y hubo que regresar a casa. En cualquier caso la excursión resultó divertida.


Tras la cena jugamos una partida de Monopoly hasta altas horas de la noche. Este juego siempre resulta divertido y apasionante hasta el final. Acabamos a una hora tardía, pero sensata. ¡Hay que acostarse a una hora prudente!


A la mañana siguiente, después del desayuno, dedicamos otra hora a estudiar. Recogimos todo con cuidado porque de regreso queríamos pasar por Covadonga. Llegamos justo a tiempo para asistir a la misa del domingo a la una y media.


A la hora de comer nos cayó un breve chaparrón, pero pudimos comer con tranquilidad. Una visita a la cueva de la Virgen y unas fotos por los alrededores fueron los últimos actos antes de emprender el viaje de regreso a casa.