Trekking Familiar Matapiojos

El pasado domingo nos juntamos unas cuantas familias en Boca de Huérgano para hacer una ruta por el monte llamado Matapiojos. Tras tomar un café, paramos todos al inicio del camino. El recorrido es muy sencillo y discurre por un camino forestal en buen estado. Va ascendiendo poco a poco. Al principio tenemos a nuestra derecha un bonito paisaje: el embalse de Riaño con el Gilbo y el Yordas al fondo parcialmente cubiertos de nubes.


Más tarde nos vamos adentrando en un bosque de robles y hayas. El camino está tapizado de hojas. El día está más bien frío, con nubes, pero agradable para caminar. Los chicos van jugando con los palos que encuentran por el camino.


Tras algunas revueltas del camino llegamos a una zona de hierba abierta. Hay una fuente. Seguimos un rato más hasta pasar el collado. En una vuelta del camino paramos a comer. Hay que abrigarse porque el día está frío para estar parados.


Terminada la comida un pequeño grupo decide subir hasta el Alto de Matapiojos, mientras el resto emprende el descenso con calma. En la subida a lo alto encontramos abundantes narcisos amarillos. En la cima no hay nada especial, solo algunos robles realmente imponentes. Pelayo y Álvaro se suben a algunos de ellos. En el descenso escuchamos el martilleo de un picapinos. La bajada es rápida, en algunos momentos vamos al trote.


Alcanzamos al grupo principal ya en la parte más baja del camino. Algunos han recogido narcisos para hacer un buen ramo de flores. En poco tiempo llegamos hasta la Ermita de San Antonio, al lado de Villafrea de la Reina. Paramos para ver el exterior de la ermita y hacer unas fotos.


Ahora el camino gira hacia el oeste para regresar al punto de partida. Cruzamos por un puente de madera sobre el arroyo de Arbolande. Los chicos se dedican a tirar piedras al agua intentando que salten.


El camino de vuelta sube ligeramente y nos adentramos ahora en un bosque de pinos. Las pequeñas piñas son una oportunidad de juego para los pequeños. En poco tiempo llegamos hasta el punto de partida. La excursión ha sido breve, demasiado breve en opinión de algunos. Ya en el pueblo localizamos la casa de Dora del Hoyo y nos hicimos unas fotos ante la fachada. Es una casa pequeña y humilde para una mujer grande.


Como todavía era pronto, nos tomamos un café en el pueblo. Algunos se dedicaron a jugar a las cartas, pequeños incluidos, mientras otros comentaban los pormenores de la jornada. De regreso empezó a llover ligeramente. El tiempo respetó nuestra excursión. Puedes ver más fotos en flickr.