Trekking Familiar alrededores de Garaño
Partimos de León con niebla y frío intenso. No parecía un día apetecible para caminar por el campo. Pero pocos kilómetros después de partir se disipó la niebla y apareció un día luminoso y totalmente despejado. Una parada para tomar un café y llegamos a Garaño. Se trata de un pueblecillo pequeño al lado de la autopista A6 casi pegando a La Magdalena.
El recorrido se inicia en una pista forestal que parte al lado de la iglesia del pueblo. El día es espléndido, pero a la sombra hace mucho frío. Pronto empezamos a subir por el monte, entre piornos y vegetación de monte bajo.
Algunos avanzan deprisa, parece que quieren llegar pronto a algún sitio. Enseguida se nota el cansancio, estamos desentrenados y los excesos navideños no ayudan mucho. Pronto hacemos una parada para descansar y reagruparnos.
Reanudamos la marcha. Ya caminamos a cierta altura y a nuestros pies tenemos el valle de Luna. A lo lejos montañas con nieve en las cumbres. Ahora no sentimos nada de frío.
Llegamos a la zona más alta del recorrido. Rodeamos el Pico de San Pedro. El suelo recibe muy poca iluminación del sol en invierno. Encontramos charcos helados. Nos divertimos rompiendo la superficie helada. También encontramos unas formas extrañas en el hielo:
Pronto empezamos a descender. Llegamos a una zona plana soleada. Paramos allí para comer. Tras la comida unos reposan con tranquilidad mientras los niños exploran los alrededores buscando aventura.
Tras un buen descanso reemprendemos la marcha. A lo lejos, valle abajo, se observa que la niebla cubre las zonas bajas. En cambio, a nuestro alrededor tenemos todo despejado y unas vistas fantásticas. Un poco más adelante encontramos una charca helada. Aprovechamos para tirar piedras que, si no son muy grandes, no rompen el hielo.
El sol también va bajando en el horizonte. A medida que descendemos encontramos más zonas con hielo sobre el camino. Hay que avanzar con cuidado para no resbalarse. Claro que los pequeños se dedican a deslizase sobre el hielo.
Pronto llegamos de nuevo a Garaño. A la entrada del pueblo encontramos unos caballos pastando en una finca. Son mansos, y los niños pueden acercarse a acariciarles. Sobre todo, si se les “compra” con un bocado de hierba.
Hemos completado la excursión muy pronto. Tenemos tiempo de parar en un bar para tomar un café o un refresco y comentar la jornada. En el viaje de vuelta a casa, al pasar la zona de Camposagrado, ya bajando hacia León, observamos la niebla en las zonas bajas.
Antes de llegar a Lorenzana entramos la niebla. De pronto cambiamos la luz del sol por una oscuridad y un frío permanente que se han mantenido a León durante toda la jornada. Una vez más ¡valió la pena esta excursión!